El nombre del Cocker deriva de palabra inglesa “woodcock” (chocha), nombre popular del ave que conocemos como Arcea o Becada, ya que este perro, un spaniel, era utilizado para la caza de dicha ave.
Se supone que esta raza proviene de España, de ahí el “apellido” Spaniel, perros que también dieron origen a varios de los perros franceses de “apellido” Epagneuls.
Se considera al Duque de Marlborough como la persona que seleccionó a un tipo de Spaniel, a partir de los Field y Springer Spaniel, consiguiendo un perro bastante similar al actual. Los Spaniels por él seleccionados tenían orejas más largas que los otros y el pelaje era blanco con manchas rojas y anaranjadas. A partir de este patrón de perro conseguido por el Duque, los distintos y posteriores criadores ingleses continuaron la selección de la raza, hasta llegar a fijar el estándar definitivo en 1901.
Estamos hablando de un perro muy simpático, hiperactivo y juguetón que adora la vida familiar y, además, suele llevarse muy bien con los niños.
El Cocker Spaniel se adapta a vivir en un apartamento, pero necesita paseos diarios.
Como muchos otros Spaniel, los Cocker tienen personalidades y temperamentos muy distintivos, que pueden cambiar con el tiempo en función de su entorno.